domingo, 1 de junio de 2014

The wolfs


El Lobo de Wall Street (2013)

Dos maneras de solucionar una crisis económica:
  • Política monetaria: Tipos de interés, operaciones de mercado abierto, coeficiente de caja, a parte de otras políticas no convencionales.
  • Política fiscal: Inversión del estado.
La primera manera se centra solo en el dinero y confía plenamente en el uso que harán del mismo los inversores. Apoyada por los economistas de agua dulce (entre ellos los grandes Chicago Boys) que creen en la perfección del mercado y en la no existencia de burbujas económicas.
Desgraciadmaente, la vida real contradice esta creencia y las burbujas existen de verdad, sobre todo porque el mercado no es perfecto sino irracional, lleno de codicia, contradicciones y sin sentidos.
 
La segunda manera, en cambio, invierte en algo tangible, produce una mejora palpable, física, real. Establece un modelo productivo concreto a partir del cual se puede empezar a fundamentar un nuevo periodo de prosperidad más consistente y sólido.
Si bien, como los mercados prefieren el otro camino de salida de la crisis, ya que con él ganan mucho más dinero (con la especulación y el engaño), cuando un estado intenta la vía fiscal, los mercados juegan con sus primas de riesgo hasta dejarles en un callejón sin salida, listos para claudicar a sus miserables y repugnantes condiciones.

Los wolfs de los mercados están entre nosotros desde los 80.
Simplemente hay que echar un vistazo a la genial película de Scorsese (El Lobo de Wall Street - 2013) para darse cuenta entre las manos de qué tipo de gente nos dejaron Thatcher y Reagan con sus políticas de terrorismo económico. 
Algo se puede empezar a entender viendo la conversación (vídeo adjunto) donde el maestro (McConaughey) le explica al aprendiz (DiCaprio) que su nuevo trabajo consiste en evitar a toda costa que el inversor corriente utilice el dinero acabado de ganar en la bolsa en la creación de algo físico, útil y productivo (fuck the clients!). El objetivo tiene que ser mantener a la plebe constantemente enganchada a la ruleta.
Bajo la premisa de “o ser el primero, o ser el más listo o engañar” (Margin Call - 2011), la función del mercado descontrolado es ganar dinero sea como sea, manteniendo a los ignorantes apostando indefinidamente en su juego macabro, mientras los wolfs se llenan los bolsillos sin crear absolutamente nada, sin aportar nada de nada a la sociedad, extendiendo la burbuja lo máximo posible hasta que estalle y las ganancias individualizadas se conviertan en pérdidas socializadas. Ellos lo pierden, nosotros lo pagamos.
A estas alturas todo ello deja bien a las claras cómo funciona una economía a su libre albedrío, sin ninguna regulación ni control.

H.F.C.

lunes, 12 de noviembre de 2012

La audacia de la esperanza, una vez más


La idea de que Obama no pudiese ser reelegido resultaba inverosímil, por lo menos, hasta que se produjo el primer cara a cara con Romney. En ese momento empezó un duro mes hasta el día de las elecciones en el que los nervios se notaban a flor de piel.
Llegado el día, finalmente el resultado nos ha sacado de dudas. Obama y sus políticas han sido refrendadas.

Haciendo un análisis del camino recorrido desde aquel 20 de enero de 2009 en su toma de posesión hasta el día de su reelección el martes pasado, es justo reparar en que las enormes expectativas generadas tras su victoria de 2008 han probado ser un  feroz boomerang en su contra a lo largo de estos primeros cuatro años.

En la mayoría de ocasiones, cada uno de los logros alcanzados se ha visto ensombrecido por alguna expectativa incumplida. Pero si bien es cierto que determinadas promesas no han sido llevadas a buen puerto, el resultado neto es más que positivo.
La mayor reforma financiera desde el new deal en los años 30, la cual inflige un severo correctivo sobre el sistema financiero y sus excesos, el gran plan de estímulo económico que ha evitado la depresión y que ha servido de base para la cada vez más sólida recuperación de Estados Unidos, la reforma sanitaria sin precedentes que permite un nivel de universalidad del sistema de salud americano nunca antes visto, salvando a más de 40 millones de personas de la más completa incertidumbre médica, el fin de la guerra en Iraq y la apuesta total por el multilateralismo en las relaciones internacionales, primando la vía diplomática ante cualquier conflicto. Pretextos más que suficientes para merecer absolutamente una legislatura más.

Pero si la principal tarea de un político es resolver los problemas de un país, lo es tanto o más ser capaz de inspirar a resolverlos. Y ahí es donde reside una de las mayores fortalezas de Obama.

La audacia de la esperanza. Un concepto que a este lado del atlántico, con mayoría de inmundos y simples políticos, muy pocos pueden entender, pero el cual resulta imprescindible para comprender la era Obama.

Cuando en Europa sufrimos políticos de un cariz meramente administrativo y funcionarial, los cuales se dedican a cumplir órdenes del politburó de turno, en Estados Unidos prima una clase de político que ejecuta las medidas necesarias, pero que al mismo tiempo infunde la pasión, el sentimiento y el romanticismo imprescindibles para dar sentido a lo que se está haciendo.
Una clase de político que con sus palabras envuelve sus decisiones de un aura de justicia y razón, de honradez y equidad, la cual hace inevitable dejarse llevar y sentirse inspirado para ser capaz de cualquier cosa.
La esencia de Obama es esta inspiración y ésta, la base de la audacia de la esperanza.
La audacia de creer, a pesar de todas las pruebas en contra, que se puede hacer cualquier cosa, que se puede salir de cualquier situación por desgarradora que sea, que a pesar de todos los reveses que se sufran se puede seguir controlando el destino de cada uno y por tanto seguir siendo responsable de él, la audacia de creer que, en definitiva, podemos constantemente rehacernos a nosotros mismos para cumplir nuestros mayores sueños.

Esto es lo que desprende y transmite Obama en cada uno de sus actos y decisiones, en cada una de sus palabras e ideas. Obama personifica en sí mismo la máxima según la cual, no importa quién eres o de dónde vienes, cómo eres o a quién amas. No importa si eres afroamericano o blanco o hispano o asiático o nativo americano, si eres joven o viejo o rico o pobre, capacitado, discapacitado, gay o heterosexual. Si eres capaz de trabajar duro serás capaz de conseguir tus sueños.
Esto es lo que le llevó a la presidencia en 2008 y es lo que ahora le ha proporcionado un segundo mandato.
  
Felicidades Señor Presidente.

H.F.C.

domingo, 28 de octubre de 2012

¿No se dan cuenta?

Evolución tasa de paro

La publicación el viernes de la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al tercer trimestre del año, arroja unos resultados dramáticos y dignos de un estado fallido en toda regla. 5.778.100 personas en paro, un 25,02% de la población activa.
Entre los muchos aspectos a analizar de la reciente EPA, cabe centrarse en el paro de larga duración. La encuesta constata una vez más la consolidación del mismo, reflejando que el número de personas que perdió su empleo hace más de un año aumentó entre julio y septiembre en 83.300 personas situándose dicho colectivo en más de 2,5 millones de personas.

Hay que decir que el paro de larga duración, como muy bien afirmaba Joaquín Estefanía en un reciente artículo, compromete la capacidad de empleabilidad del afectado, ya que su cualificación se va viendo depreciada y porque su exclusión del mercado de trabajo cada vez más extensa puede inducir a cualquier empresario a sospechar negativamente de dicha persona.
El hecho de que el desempleo a largo plazo se consolide hace que el coeficiente de paro estructural de un país aumente, cumpliéndose así el fenómeno conocido entre los economistas como histéresis, según el cual la acumulación de la tasa de paro de un período determinado se convierte en el paro habitual del periodo siguiente.

Todo esto tiene como consecuencia macroeconómica que, una vez recuperada la senda de crecimiento, la economía presente una tasa de paro estructural mínima siempre superior a la del ciclo alcista precedente.
Y esto, hay que remarcarlo, compromete de manera fundamental el potencial a largo plazo de la economía.
Los trabajadores que han estado desempleados durante largos períodos de tiempo pasan a considerarse no aptos para el mundo laboral, lo que provoca una reducción de la fuerza de trabajo efectiva de una economía, dañándose por tanto su capacidad productiva [sic Paul Krugman 2012].
El culpable lo encontramos en esta austeridad a machamartillo y sin sentido que condena a cientos de miles de personas al desempleo crónico, que provoca el cierre de miles de empresas por el desplome del consumo y que hace posponer decisiones de inversión a otras tantas empresas que en una coyuntura diferente sí tomarían, haciendo que los factores productivos resultantes una vez finalizada la crisis no sean suficientes para poder recuperar lo perdido durante todos estos años, lisiando el crecimiento potencial de la economía de por vida.

No pensemos que las personas que sufren el paro de largo plazo es que son gente tonta y vaga o que las empresas no encuentran a los trabajadores adecuados para los puestos que ofrecen. El problema es que directamente las empresas no ofrecen esos puestos de trabajo debido a la depresión que está generando la política de austeridad, donde cualquier expectativa decente es abatida a tiro de recorte y mientras, los trabajadores en paro cada vez están más tiempo.

Urge un Plan Marshall intra-europeo, de norte a sur y a corto plazo, que sirva de chispa para volver a encender el motor calado antes de que éste se convierta en un motor obsoleto definitivamente.
Como prueba de europeísmo sería revelador.

H.F.C.

sábado, 20 de octubre de 2012

Área monetaria óptima

Más claro agua

En los trabajos sobre las dinámicas monetarias y las áreas monetarias óptimas del economista canadiense Robert Mundell, los cuales le valieron el Premio Nobel de economía en 1.999, podemos encontrar varias de las respuestas al por qué del desastre del euro.
Según los modelos desarrollados por Mundell, para que una unión monetaria funcione tienen que cumplirse cuatro criterios:

  • Que exista una elevada movilidad laboral apoyada por la falta de barreras físicas y culturales. 
  • Que hubiese una diversificación de la producción dentro del área.
  • Que se aceptase el libre movimiento de capitales, con flexibilidad de precios y salarios.
  • Que existiese un mecanismo generoso de transferencias del presupuesto de la Unión a los países o regiones que sufriesen choques asimétricos que sólo les afectasen a ellos y no a los demás.
A tenor de los acontecimientos, es evidente que dichos criterios no se cumplen en su totalidad en la vigente área euro (AE). Concretamente, tanto el primer criterio como el cuarto se están revelando como grandes lastres en el actual contexto de crisis.

Por lo que respecta al primer criterio, es obvio que la movilidad laboral dentro del área euro no encuentra barreras físicas, pese a las dudas populistas y electoralistas sobre el espacio Schengen expresadas de un tiempo para acá por ciertos políticos que afortunadamente ya no están en el poder, el mismo permite la absoluta movilidad de los trabajadores entre los países miembros sin ningún tipo de filtro.
En este aspecto son las barreras culturales las que más arrecian en este momento. 
Estamos observando como las diferencias en idioma entre los distintos países miembros del euro hacen de gran barrera cultural para una movilidad laboral necesaria desde las zonas del sur más perjudicadas por la crisis hacia las zonas del norte más desahogadas.
Por supuesto que existe emigración, especialmente entre los recién licenciados universitarios mejor preparados para dichos cambios, pero queda patente que estos movimientos no llegan en absoluto al nivel mínimo normal de cualquier área monetaria óptima.
En el sur de Estados Unidos, los trabajadores del estado de Florida afectados por el pinchazo de la gran burbuja inmobiliraria estilo España, pueden trasladarse perfectamente a miles de kilometros al norte, al industrial estado de Ohio, sin encontrar ni un solo problema idiomático.
Ésto permite por ejemplo que el paro en el estado de Florida, pese al shock inmobiliario, no sea estratosférico, produciéndose un equilibrio óptimo entre las diferentes zonas que componen Estados Unidos.

En cuanto al cuarto criterio, pese a que los fondos de cohesión europeos han hecho mucho por reducir las asimetrías entre los distintos países del AE, en cuanto a infraestructuras y servicios se refiere, la ausencia de un tesoro federal europeo único con competencias generales sobre todos los estados miembros ha producido en estos momentos de crisis grandes desequilibrios fiscales. La existencia de diecisiete tesoros distintos para una misma moneda común fomenta grandes tensiones económicas y hace recaer, de manera individual, sobre dichos tesoros la responsabilidad de corregir los desajustes fiscales que se produzcan. En donde en la asamblea legislativa de Florida no tienen que preocuparse por reunir los fondos con los que sufragar la atención social y sanitaria, ya que son sufragados por el tesoro federal de Estados Unidos, en España el tesoro nacional se encuentra solo. En el AE las generosas transferencias para eliminar las asimetrías entre los distintos países brillan por su ausencia. 
A los miembros que sufren severas crisis fiscales (España, Irlanda, Grecia, Portugal...) no les queda otra que responder recortando desesperada y salvajemente el gasto, lo que empuja el desempleo y el estancamiento a niveles de la Gran Depresión.
Los fondos de cohesión iniciales saltan por los aires y las asimetrías se acrecientan.

Con esta crisis llegamos a la disyuntiva de decidir si queremos más o menos Europa.
Lo primero es, según los postulados de Mundell, la única solución que nos queda. Lo segundo es el abismo.

H.F.C.

sábado, 28 de enero de 2012

Curiosidades sobre la subida de impuestos



Una de las primeras acciones del nuevo ejecutivo presidido por Mariano Rajoy ha sido la aprobación por la vía urgente de un paquete de duras medidas dirigidas a la reducción del déficit público. Según estima el Banco de España el mismo se situó en el año 2011 en el 8,1% cuando el objetivo oficial era del 6%.
Para el presente año dicho objetivo es del 4,4%, por lo que el reto se presenta harto complicado por no decir casi inasumible, de ahí la dureza de las medidas adoptadas.
Dejando un resquicio para la esperanza hay que decir que los objetivos oficiales de déficit fijados tanto para 2011, como para 2012 y 2013 fueron establecidos descontando unas perspectivas de crecimiento positivo de la economía del 0,7% 1,1% y 1,8% respectivamente . Dichas perspectivas han cambiado radicalmente estimándose una abrupta recesión tanto para el presente como para el próximo año. 
Y es a esto a lo que se aferra Rajoy por mucho que jure y perjure que España cumplirá con el objetivo del 4,4% para este año. Espera ansiamente que las nuevas perspectivas de recesión fuercen a las autoridades europeas a atenuar los objetivos de déficit, cosa que a medida que pasan las semanas parece bastante probable.

Volviendo a las duras medidas aprobadas por el gobierno, destaca entre ellas la subida temporal de impuestos(directos) establecida. Cabe reparar en dos ideas interesantes.
La primera de ellas es la Curva de Laffer(imagen). 
A grosso modo la misma establece la existencia de un punto a partir del cual las subidas de impuestos no generan más recaudación sino más bien lo contrario, ya que deprimen la actividad económica.
El aumento de impuestos disminuye la renta disponible y con ello el consumo por lo que la producción decae.
Aunque en cierto modo acertada, dicha idea presenta algunas salvedades. En el tramo más elevado del impuesto sobre la renta el efecto negativo de una subida es de dudosa probabilidad puesto que a estos niveles la mayor parte de las ganancias provienen de otras fuentes, véase SICAV y otras rentas del capital que tributan por otras vías.

La segunda idea a destacar es la Progresividad en frío del impuesto sobre la renta.
El IRPF se aplica por tramos de renta. Tras las subidas aprobadas, los primeros 17.707,20 euros tributan al 24,74%, desde ese nivel hasta los 33.007,2 euros tributan al 30%, desde los 33.007,3 hasta los 53.407,2 al 40%, desde los 53.407,3 hasta los 120.000,2 al 47%, desde los 120.000,3 hasta los 175.000,2 al 49%, desde los 175.000,3 hasta los 300.000,2 al 51% y finalmente y como tramo más elevado, a partir de los 300.000,3 euros se tributa al 52%.
El problema viene de la ausencia de la deflactación de las tarifas. Es decir, la fijación de los límites de cada tramo se estableció en el 2008 y desde ese año los precios se han incrementado, es decir, se ha producido inflación, con lo que 17.707,20 euros de 2008, hoy no valen lo mismo, valen menos.
En términos de poder adquisitivo 17.707,20 euros de aquel entonces, hoy equivaldrían a 19.202,05 euros. Por lo que para empezar a tributar al 30% hoy, debería establecerse a partir de dichos 19.202,05 euros y no, como va a ocurrir, a partir de 17.707,20 euros.
He aquí la Progresividad en frío y he aquí la injusta pérdida de poder adquisitivo que provoca la no deflactación de la tarifa del impuesto sobre la renta.

H.F.C.

miércoles, 19 de octubre de 2011

The Ceiling II



El acuerdo entre demócratas y republicanos para elevar el techo de deuda de Estados Unidos y poder evitar así la suspensión de pagos en ciernes dependía de una promesa: reducción del déficit público en los sucesivos meses y años.

El déficit público se produce cuando el gasto público es superior a los ingresos públicos.
Un déficit público sostenido en el tiempo provoca un aumento de la deuda pública. Al aumentar dicha deuda pública aumentan los intereses que hay que pagar por ella, por lo que se engrosa aún más el déficit público y así y así hasta entrar en un círculo vicioso de deuda y déficit imparable.
Para atajarlo, por tanto, hay que reducir el déficit y para ello tenemos tres opciones: o reducir el gasto público, o aumentar los ingresos públicos, o un poco de las dos cosas. He aquí el conato del conflicto.

Lo que proponía Obama así como los demócratas moderados y los republicanos moderados era más bien la tercera opción, un poco de las dos cosas. Reducir todo el gasto público innecesario(véase reducción del inmenso gasto militar consecuencia de dos guerras en marcha en Iraq y Afganistán iniciadas por el republicano Bush, recortes en los programas estatales y federales más ineficientes, así como ajustes precisos en los programas de sanidad pública Medicaid y Medicare)  y al mismo tiempo aumentar los ingresos públicos(véase eliminación de todos aquellos recortes de impuestos para los que ingresan más de 200.000 dólares al año aprobados por el republicano Bush, así como imposición de impuestos temporales a las empresas petroleras y a las grandes corporciones).
El Tea Party por su parte, únicamente se centraba en la vertiente del gasto público. Proponía una importante reducción del mismo(recorte drástico de los programas Medicaid y Medicare, así como recorte general en la mayoría de programas estatales y federales, seguridad social, educación, vivienda, etc, etc, exceptuando el gasto militar). Por tanto sin tocar ni un ápice los ingresos públicos, es decir, sin eliminaciones de exenciones de impuestos a los ricos ni establecimiento de impuestos temporales a las petroleras y a las grandes corporaciones. Llamativo ¿no?.
A partir de aquí juzguen ustedes mismos.

Las razones del Tea Party para enconarse en tan irracional postura son de un lado políticas; si no hay acuerdo, peor todo, y cuanto peor todo, peor para el que gobierna, es decir Obama, y mejor para ellos, el poder les estará más cerca. Pero por otro lado razones ideológicas.
El Tea Party, por ideología, no cree en el estado. En una interpretación excesivamente exagerada e inflexible de los principios constitucionales del país, considera al estado un opresor de la vida, la libertad  y la búsqueda de la felicidad, derechos proclamados en la declaración de independencia americana.
Su idea de igualdad se entiende como la igualdad ante Dios el cual dota a todo hombre de ciertos derechos inalienables, y como la igualdad de oportunidades para que todo hombre pueda alcanzar, bajo la libertad individual, las posiciones acordes con sus talentos, su trabajo y que sus valores le llevan a buscar. 
Por otro lado, entienden que la idea de igualdad defendida por el estado difiere de manera obvia con la suya propia. Según ellos el estado representa una igualdad de resultados que mediante medidas estatales pretende imponer partes equitativas para todos reduciendo la libertad de cada uno. Preguntándose quién es el estado para imponer dicha equidad, dudan de su capacidad de imparcialidad a la hora de dictar qué son partes equitativas, y de su capacidad de imparcialidad a la hora de quitar a los que tienen más para dar a los que tienen menos. Temen que dicho poder para imponer sea el prefacio de un estado del terror de tipo soviético, chino, o cubano.

Personalmente he de decir que comparto la idea de igualdad del Tea Party. Creo en la igualdad ante Dios, en la igualdad de oportunidades y en la libertad individual para que cada persona tome sus propias decisiones y sea justamente recompensado por ellas. Prefiero que sea el trabajo duro bajo total libertad quien asigne lo que le corresponde a cada uno, antes que un "todo" omnipresente llamado estado.
Pero, al mismo tiempo creo que, bajo unas condiciones tan acuciantes como las que vivimos hoy donde los recortes del gasto público se llevan a cabo sobre unos servicios que la gente mejor posicionada no utiliza, el hacer a estos contribuir con un poco más, aunque sólo sea hasta que todo este embrollo se solucione, no es instaurar el comunismo en América. Y he aquí el pragmatismo y el sentido común de Obama.
Quien no lo entienda vive en el surrealismo.


P.D. En el vídeo adjunto Obama apelaba al sentido común de los congresistas y senadores para alcanzar un acuerdo sobre el techo de deuda cuanto antes.


H. F. C.

jueves, 18 de agosto de 2011

The Ceiling I

Evolución del techo de deuda desde 1917 hasta la actualidad


Tras el acuerdo entre demócratas y republicanos hace dos semanas sobre la elevación del techo de deuda del gobierno, cabe reparar en ciertos detalles para ponernos en situación.

Dos partes, por una el partido demócrata y por otra el partido republicano.
A grandes rasgos hay que destacar que el sistema político norteamericano es un sistema de contrapesos, diseñado para evitar ante todo la concentración de poder, con lo que el legislativo contrapesa al ejecutivo existiendo elecciones al primero en mitad del mandato del segundo. Es decir, dos años después de las elecciones presidenciales se celebran elecciones legislativas tanto en el senado como en la cámara de representantes.
Se puede dar el caso en que el poder ejecutivo esté en manos demócratas y el poder legislativo en manos republicanas o viceversa.
La situación actual es un poco más compleja. Los demócratas ostentan tanto el poder ejecutivo como una parte del legislativo, el senado. Así mismo los republicanos están en manos de la otra parte del legislativo, la cámara de representantes.

En Estados Unidos la deuda del gobierno federal, la que incumbe a los 50 estados de la nación en su conjunto, está limitada por ley. La modificación de dicha ley ha de ser aprobada tanto por la cámara de representantes como por el senado para posteriormente ser firmada por el presidente, de ahí lo rocambolesco de toda esta situación.
Si en un momento dado dicho límite se sobrepasa el gobierno federal entra en suspensión de pagos. Esto significa que todos los pagos a realizar por parte de la administración federal son paralizados, sueldos de funcionarios, transferencias de la seguridad social, subvenciones…en definitiva todo el estamento público con algunas contadas excepciones referentes al ejército y las fuerzas policiales.
Obviamente existen mecanismos para establecer una prórroga si llegado el momento no ha podido acordarse aún la elevación del techo de deuda. En el caso actual dicho momento llegó en mayo y la prórroga expiraba el pasado 2 de agosto.
Se debe saber también que la negociación y la posterior elevación del techo de deuda del gobierno norteamericano ha significado un puro trámite administrativo durante los últimos 50 años, tanto en administraciones demócratas como en republicanas (por poner un ejemplo, Reagan lo hizo 18 veces bajo su mandato) no habiendo nunca ningún tipo de problema, hasta ahora.

Durante los últimos 50 años cada negociación sobre la elevación del techo de deuda ha estado guiada por la moderación, la responsabilidad y el sentido de estado de ambas partes implicadas. Esta vez dichos atributos han brillado por su ausencia sobretodo en una de ellas, el partido republicano.
Éste, desvalido de su sensatez característica y dominado por una corriente de irracionalismo llamada “Tea Party” ha hecho oídos sordos ante las propuestas de sus oponentes demócratas y no ha cedido ni un ápice en sus surrealistas reivindicaciones, demostrando una vez más una absurda predilección por el abismo financiero.

De los motivos de las surrealistas reivindicaciones del “Tea Party” daré cuenta en el siguiente post.

H. F. C.     

jueves, 21 de julio de 2011

Re-Unión

Gran viñeta de El Roto


Más allá de lo que finalmente suceda con Grecia, la crisis de deuda soberana europea aflora una acuciante necesidad de reforma del sistema monetario común.
Dicha reforma deberá estar basada en la misma máxima que guió la empresa comunitaria en los años noventa, a saber, “los procesos de integración económica y monetaria traen consigo mejoras en el bienestar de las sociedades”.
Por tanto el objetivo a cumplir será, más Europa.

El proyecto de construcción europea requiere de una vuelta de tuerca más, es el momento de avanzar en una unión más profunda si queremos acabar con la tiranía ejercida por los mercados sobre los estados de la zona euro.
Para ello, se deberá de establecer un tesoro único europeo, que el mismo sirva de sustento fijo y estable para el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) y además y más importante, que sirva para la emisión de eurobonos que aglutinen un riesgo país único y común para todos los miembros del Eurogrupo, los cuales verían reducido el coste de sus deudas debido al florecer de un mercado más amplio, líquido y diversificado. Se requerirá de un reformado Banco Central Europeo a cuyo único objetivo actual del control de la inflación en el área euro, se le añada en igualdad de condiciones, el del control del desempleo, equiparándose al fin, al banco central americano, la Reserva Federal. En resumen, una dotación definitiva de instrumentos fiscales y presupuestarios comunes en aras de un estado europeo económicamente fuerte, seguro y próspero. 

Sin duda, todo ello implicará una cesión de soberanía económica por parte de los estados miembros en forma de reducción de la autonomía presupuestaria en favor del todo comunitario. Dicha cesión será el precio a pagar por la pertenencia a una moneda común que, de una vez por todas, será garante de estabilidad financiera y prosperidad económica.
No implicará, por otro lado, una cesión de soberanía política por parte de los estados. Ésta, permanecerá en manos de sus ciudadanos al ser éstos los que elegirán a los rectores de las instituciones comunitarias reformadas y reforzadas.
Simple y llanamente un supraestado de las autonomías.

Las autoridades alemanas muestran serias reticencias a lo anteriormente planteado, afirmando que no es justo que su deuda se equipare a la de países que en su momento pecaron de irresponsabilidad fiscal. Esto evidencia una acusada falta de altura de miras, a parte de un sesgo analítico importante, ya que obvia el hecho de que lo que permitió que países como Grecia vivieran del crédito durante tantos años descuidando sus cuentas públicas, fueron los préstamos que tan alegremente concedieron los bancos alemanes.
He aquí la encrucijada, decisiones importantes no aptas para políticos, sino para estadistas.

H. F. C.